La palabra miedo ya no me hace temblar es una novela ficcionada a partir de un testimonio real —porque hay dolores que solo pueden contarse desde la literatura—. Aracely nace en el corazón del Eje Cafetero, un paisaje hermoso que tampoco escapó al conflicto armado colombiano.

Desprotegida por su familia, sometida a trabajos forzados y reclutada por la guerrilla, Aracely carga cicatrices visibles e invisibles. Una de ellas es una marca que le pusieron en la piel como señal de propiedad, y la intenta borrar con desesperación.

Esta es una historia contada con belleza. La autora —poeta de oficio— escribe desde una sensibilidad que no ignora el dolor, sino que lo mira con humanidad. Donde otros solo verían horror, ella encuentra palabras, gestos y fragmentos de luz. En la naturaleza, la memoria y el lenguaje, Aracely descubre una forma de sostenerse y seguir viva.