La extensa producción editorial de Clinton Ramírez tiene en esta nouvelle una expresión que lo valoriza: su capacidad de síntesis, en una trama bien lograda, recuperando así la fe en el valor intrínseco del texto literario, sin importar su extensión. Alejado prematuramente de la vida académica, sitiado por una enfermedad hereditaria, seco de palabras, el protagonista de esta historia fracasa en el intento de alejar, de sus últimas orillas, el amor de una joven, enigmática y calculadora. Sorprendido en sus rutinas, sin un whisky a la mano, sin un libro salvador a cuyas páginas volver, el amor o el instinto terminan renovando alrededor suyo un círculo grato que lo aproxima a la desesperanza, a la decadencia súbita, al trámite de la pena y de la humillación. Una vez más, la realidad dispone de los más inconcebibles medios, muchos de ellos arteros, para alzarse con sus fines, no siempre transparentes. De ahí la presencia, que no siempre es voluntaria' de las enseñanzas de Maquiavelo.