Cuando la poesía no es producto sólo de la experiencia intelectual sino de la expresión directa del mundo, de la vida y de la gente tal como es, desnuda de retórica, despojada de adornos e imágenes ficticias, aparece un libro como Migración territorio, doloroso y bello al mismo tiempo, pleno de humanidad desgarrada, de memoria y verdad, no escrito al uso de los cánones poéticos tradicionales sino a la sombra de la propia habla, de la voz de la tierra y los seres que la habitan o la deshabitan, como encontramos en estas páginas, estos textos, estos poemas con los cuales Yhimmy Echavarría Zapata o el alma colectiva a través suyo, cuenta la historia casi siempre silenciada, olvidada, marginada de un territorio que, más allá del paisaje, adentro de la sangre, desde la precariedad y la lucha por sobrevivir, por reencontrar el origen y permanecer, en líneas brevísimas y hondas, intensas como la visión que expresan, llega a nosotros para recordarnos que también somos ese dolor, esa ausencia, ese desarraigo, esa huida, esa tierra de nadie, ese silencio y esa soledad última de quienes lo han perdido todo.