Dentro de la gama de libros ilustrados, como el libro álbum se abre un lenguaje semiótico entre lo que va dirigido netamente para niños o lo que se abre a otras perspectivas lectoras que desde la adultez cobran un significado aún más amplio y enriquecedor. No por ello, Caídas pretende ser solo un libro o para niños y jóvenes o para adultos, su lenguaje e ilustraciones muy sensoriales buscan en los diferentes tipos de lector crear diversas sensaciones y emociones que a nivel vital creen en sus lectores vivencias que necesiten ser plasmadas o comunicadas de alguna forma. Por ello creemos que junto a este libro, la promoción está ligada a la creación de talleres de lectura vivenciales en los cuales se pueda ahondar en este tipo de experiencia citada que es una de las pretensiones del libro. Talleres en donde se explore como los diferentes actos de lectura (texto, imagen, tacto hasta olor y movimiento) en cada persona despierta un sinnúmero de sensaciones de las cuales se hablen y se dialoguen y se puedan palpar como la cotidianidad.
Por otro lado busca llegar a diferentes lectores que esporádicamente encuentren en estas páginas un empalme de sus emociones o de sus búsquedas personales.
Igualmente busca la sencillez del lector que se sienta identificado por el color, la textura, el viento que puede verse entre las hojas secas que se mueven en las ilustraciones.
El lenguaje poético busca además jugar con esa emotiva atmósfera que se percibe desde la carátula del libro.
El formato, no tan clásico, quiere unirse a este aporte que Caídas propone. Su forma casi alargada como la distancia, la espera, la alegría, las emociones que nacen desde chicos y se van manifestando aleatoriamente en la vida.
Con Caídas también se pretende poder iniciar una colección de este tipo de libros que hablen indistintamente de las emociones, como lugar en donde las diferentes formas de expresarse puedan conjugar en otros libros de diferentes temáticas casi etéreas pero que adquieren existencia ya en el libro final que dé como resultado.