Las quince historias que componen este libro plantean un Caribe urbano de espacios cerrados, donde lo fantástico, lo extraño y lo ominoso irrumpen en las voces de las mujeres que narran, desde el agobio, la rabia, la disociación, el delirio y el trauma, las historias de su existencia cotidiana. En algunos relatos, el origen de la historia puede ser articial, alienígena, como un cuerpo robótico hecho en un pueblo apartado junto al mar, o la vida escondida en las tuberías de un apartamento. En otros, se trata de realidades difíciles de nombrar, donde el sueño, los recuerdos reprimidos y la fantasía son el insumo de las narraciones de niñas, ancianas, abusadoras, pirómanas, amas de casa, empleadas, cuidadoras, madres e hijas, que relatan sus luchas en cuartos, ventanas, cocinas, hogares geriátricos, hospitales y apartamentos. La autora utiliza elementos del cine, la cultura popular barranquillera, los dibujos animados, los memes y la literatura de terror latinoamericano para hacer, desde un tono sardónico y descarnado, una crítica al patriarcado, pero sobre todo a los efectos atroces del machismo en la vida de mujeres y hombres del Caribe colombiano del siglo XXI.