A Julieta no le gustan los vestidos que su mamá le cose, le incomodan, y no consigue ser escuchada. Sin embargo, en su imaginación, Julieta sueña con vestidos llenos de color, divertidos y que le brinden libertad. En compañía de su hermano, también incómodo, y un gato travieso, Julieta inventará trajes mágicos, ideales para jugar y llegar tan lejos como se lo proponga.

Aquí se teje la historia de muchas niñas y niños que han visto cómo se deshilan e hilan las relaciones familiares en la infancia. Una conexión emocional entre padres e hijos que se tensa y se afloja a lo largo de la vida. Al final, el amor logra remendar los corazones.