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Crónica periodística 2000

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notas sin pentagrama. Fragmentos Autobiográficos

Ilustración

En este, su primer libro, Marta Senn, la cantante colombiana más reconocida en el mundo de la lírica actual, abre al público la partitura de su vida. A través de un lenguaje expresivo y sencillo, la artista comparte con el lector numerosas anécdotas de su vida, tanto personal como escénica, impregnadas todas de una incontenible gracia y vitalidad. Sorprende, en estos relatos, la aguda capacidad de la mujer y de la artista para descubrir las tramas invisibles que ligan los acontecimientos unos con otros y le permiten transformar una situación corriente en algo especial y diferenciado. Es tal vez en relación con esta misteriosa capacidad como Álvaro Mutis, en la nota que con fascinación escribió para abrir este libro, confiesa adivinar, 'el disfrute incuestionable de los futuros lectores' del libro, al que augura un 'generoso porvenir'. Como novedad, este libro viene acompañado del CD Un ruiseñor en la catedral, en el que Marta Senn, acompañada por el maestro Pablo Arévalo en el piano, ofrece una bella muestra del repertorio lírico internacional. Este libro recoge los fragmentos autobiográficos de una de las personalidades más importantes de la vida musical de Colombia. Se trata de Martha Senn, la cantante lírica-mezzosoprano- que le ha dado la vuelta al mundo con su voz. La edición es muy cuidada. Al interior del libro hay fotografías e ilustraciones que le dan vida a los textos. La vida de Senn se abre como un abanico, pasando por episodios como el del padre despertando a todos en la casa a punta de Beethoven, más exactamente la novena sinfonía, o los encuentros con su maestro Dario Echandía, no en música sino en leyes. Senn cuenta momentos de giras en Osaka, Japón, y mucho más cerca: Sincelejo. Las corralejas de esta población la sorprendieron con la historia del 'compadre Juaco', quien fue salvado de la muerte por un ratero. Todo el diario, porque lo es de alguna forma, mantiene un tono íntimo, está bien contado, con luces, señales y buen gusto, y desenmascara la vida de un personaje que bien habría podido ser un cronista. Prólogo de Alvaro Mutis. —Redacción en Diario El Espectador Noviembre 26 de 2000 Este libro recoge los fragmentos autobiográficos de una de las personalidades más importantes de la vida musical de Colombia. Se trata de Martha Senn, la cantante lírica-mezzosoprano- que le ha dado la vuelta al mundo con su voz. La edición es muy cuidada. Al interior del libro hay fotografías e ilustraciones que le dan vida a los textos. La vida de Senn se abre como un abanico, pasando por episodios como el padre despertando a todos en la casa a punta de Beethoven, más exactamente la novena sinfonía. O los encuentros con su maestro Darío Echandía, no en música, sino en leyes. Senn cuenta momentos de giras en Osaka, Japón, y mucho más cerca: Sincelejo. Las corralejas de esta población la sorprendieron con la historia del 'compadre Juaco', quien fue salvado de la muerte por un ratero. Todo el diario, porque lo es de alguna forma, mantiene un tono íntimo, está bien contado, con luces, señales y buen gusto, y desenmascaran la vida de un personaje que bien habría podido ser cronista. Prólogo de Álvaro Mutis. —Redacción en Diario El Espectador Noviembre 26 de 2000 Entre aria y aria, se fueron colando líneas de recuerdos y de impresiones que se publicaron hace 10 días como Notas sin pentagrama, un libro escrito por Martha Senn y publicado por Villegas Editores como el primero de una nueva línea de memorias. Aunque solista, apoyada por su marido, por sus amigos entusiasmados con las notas que estaba escribiendo y por el editor Benjamín Villegas, se lanzó al escenario del 'presente continuo' como ella define la escritura, para dar fragmentos de su vida. 'br''br'¿Por qué las memorias ya?'br'Creo que reflexionar sobre la propia vida no tiene por qué tener edad. Es un ejercicio que vale la pena hacerlo cada vez que el espíritu se lo propone a uno. Además, se dieron algunas coincidencias. Por un lado, la insistencia de mi marido que siempre me había escuchado historias, como una Scherezada y quería que lo escribiera. Por otro, un periodista que hace dos años me llamó y me preguntó, '¿Usted sabía que hace exactamente 20 años cantó por primera vez?'. Pensar que habían pasado 20 años me hizo cuestionarme y me decidí a escribir sin pensar en publicar. Después vino la propuesta de Villegas.'br''br' ¿Qué escuchaba mientras escribía?'br'Nada. Es absolutamente imposible para mi, por formación o por deformación profesional, hacer algo, de cualquier naturaleza. Ni siquiera hacer el amor con música.'br''br' Este no es un texto especializado. Mucho menos, un trabajo periodístico profundo. Sin embargo, ella escribía desde antes, cuando no existía el correo electrónico. Los niños estaban pequeños y era importante contarles dónde estaba la mamá. 'La fantasía infantil era un medio de comunicarme con mis hijos cuando estaban pequeños. Les escribía cartas en las que metaforizaba mis propias historias y las convertía en personajes de cuentos infantiles. Mi hijo leía a su hermana, que todavía no lo hacía, y ella me mandaba dibujos del cuento, que ponía en mis partituras'. Pero lo fantástico no sólo quedó en esas cartas, Notas sin pentagrama tiene momentos de misterio o irrealidad que se hacen creíbles dentro del relato, pero pueden generar dudas en el lector. Dos específicamente: un sueño premonitorio del maestro Arévalo en el que Rossini y Fauré le dan sugerencias para la presentación de la jóven Martha en París. Otro, una sesión de espiritismo en el que el poeta italiano Leopardi, muerto hace más de un siglo, le escribe un poema que calma su angustia. Ella toma el libro en su defensa y acude a la clave de lectura. 'Yo le puse una clave de lectura a este texto que lo explica todo, porque son eventos fantásticos que me sucedieron y me marcaron, tal y como los cuento'. Ese es un riesgo, pero el mayor es la obra como tal. Ser exitoso en el escenario no garantiza el éxito de este texto. 'No tengo ninguna seguridad, tengo la piel expuesta al sol, y puedo salir tremendamente quemada, pero tengo una esperanza fundamentada en la curiosidad del público que me ha escuchado por saber de qué mundo vengo. Por ahí tengo una salida'. Con esto, Martha Senn le da a su país, además de su voz, la posibilidad de otra cosa para que en medio de la guerra nazca la esperanza de escuchar notas de un pentagrama. —Sara Araujo Castro en Diario El Espectador Diciembre 03 de 2000

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Temas

Bogotá

Ciudad

978-958-9393-92-5

ISBN Impreso

312

Páginas

14x21 cm

Tamaño

Tapa blanda o bolsillo

Encuadernación

$39,000cop

PVP

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