En extraordinarias y coloridas imágenes este volumen registra la evolución artística de Ana Mercedes Hoyos, la pintora colombiana que ocupa un lugar privilegiado en la plástica latinoamericana actual. Después de las ventanas iniciales, en las que asoma el paisaje bogotano y permiten asociarse, como anota Ángel Kalenberg, con la pintura flamenca y el juego surrealista, la trayectoria de la artista se desplaza hacia la etapa evocadora de sus atmósferas. Lienzos blancos, luminosos y matéricos que agotarán la búsqueda, cerrando su propio círculo y dando pie a un nuevo punto de partida: la recuperación del objeto y la aproximación a la naturaleza. Aparecen en esta perspectiva los exuberantes girasoles, tratados con audacia y sensualidad, y, en años más recientes, su peculiar reinterpretación del bodegón y las naturalezas muertas, a partir de los coloridos platones de fruta fresca que las vendedoras negras de San Basilio de Palenque ofrecen a los turistas en las playas de Cartagena. También se registra su deleitable incursión pictórica por la interesante cultura de esta población, cuyos personajes y costumbres se toman los lienzos de Ana Mercedes Hoyos en un asedio que ella asume tanto intelectual como afectivamente. Como mostrará esta visión retrospectiva, la pintura de Ana Mercedes Hoyos refleja en cada etapa, la pasión por el oficio y la reflexión sobre su momento y su sociedad.