El autor de esta nota nunca ha tenido, ni espera desempeñar un cargo público. Tampoco ha sido merecedor de mermelada, aquel emolumento en dinero y contratos que ha lubricado buena parte las tres ramas del poder público. Desde hace treinta años ejerce de columnista en varios medios y con orgullo declara que jamás, por ningún motivo, sus opiniones fueron censuradas. Esta es una de las razones por las cuales semana tras semana, en cuatro medios diferentes, expresa sin tapujos su visión de los aconteceres nacionales e internacionales.