Hipotéticamente, la primera casa moderna colombiana debió aparecer entre los años treinta y cuarenta, sin que hasta ahora se sepa cuál fue ni dónde se construyó. El hecho es que de allí en adelante, hasta bien entrados los noventa, la vivienda en Colombia cambió de orientación, abandonó sus raíces y se volcó hacia todo aquello que la modernidad le podía ofrecer. Sus virtudes fueron la funcionalidad, la higiene, la claridad, la eficiencia: nada de espacios inútiles o de rincones oscuros, nada de ornamentos superfluos. Este libro es un intento serio por comprender y explicar esta casa 'que no es una sino muchasó, sus espacios y sus formas, sus emplazamientos y sus texturas, su actualidad. Su autor, el arquitecto Alberto Saldarriaga, y el fotógrafo Antonio Castañeda, unen esfuerzos para presentar y explicar en una excelente sucesión de textos y fotografías los mejores ejemplos existentes de esta arquitectura en las décadas que corren de 1940 a 1960, precursora en muchos aspectos de la posterior arquitectura contemporánea.