Fernando Botero, el reconocido pintor y escultor colombiano, es también un dibujante genial que cada día encuentra, según declara, más interés y mayor gozo en el trabajo del lápiz sobre el papel. Los dibujos de Botero, que hasta ahora habían sido como la parte más secreta de su obra, no se reducen simplemente a ser apuntes o bocetos para obras posteriores sino que encierran un fin en sí mismos. En ellos Botero ha trabajado con interés creciente pues el dibujo no es un arte menor, por el contrario, se trata de un lenguaje artístico arriesgado, escueto y exigente. Este libro, que rescata una buena parte de esa producción, viene a constituir una espléndida galería de retratos, en la que el manejo de la línea y el juego de las proporciones es toda una lección de virtuosismo. El ensayo de Marc Fumaroli, de la Academie Fran°aise, con que se abre este volumen, representa un lúcido aporte teórico sobre la obra de Botero dibujante, además de situar al artista en la nueva perspectiva que abren las múltiples valoraciones de sus dibujos.