Alucinante periplo visual que es un diálogo de amor con la naturaleza colombiana y un testimonio de apego por sus tierras y aguas, sus desiertos y selvas, sus nieves y páramos, pero, sobre todo, por sus montañas, esas moles enormes de las que el autor se prendó desde niño en su nativo Quindío. Un libro que nos instala en un país cuya belleza difícilmente creíamos real. tal es la magnitud de esta exploración. Por senderos que el autor elige, descubrimos raras faunas y desconocidas floras. Por primera vez para muchos, allí están los inverosímiles “barrigones” del Chicamocha, unas fascinantes ceibas de formas casi humanizadas. Pero, además, los textos de este segundo libro de Andrés Hurtado con Villegas Editores, le confieren a la obra un tono íntimo deleitable.