Narración en primera persona del singular de un personaje que abandona su país natal para vivir en París. La vida, ese experimento, es una novela que se subvierte en la adopción desembozada de la autoficción. El personaje que narra es el personaje que escribe. La historia que se explaya es la historia del libro que se construye. Relato del desencanto amoroso que revierte en el encantamiento simbólico de la escritura, haciéndose. El descubrimiento de sí mediante la narración, escribiéndose, pasa por el desprendimiento de sí en el amor que se deshace. Y como tela de fondo, París, soñada y real a la vez. El imaginario romántico de un exilado voluntario, tira las riendas. Entre el deseo sartriano de escribir 'una ficción que no sea una' y la prescripción milleriana de crear con su propia vida, el libro se desenvuelve en el laberinto vivencial de un personaje que se confronta a su fabulación para tratar de encontrarse. Marchar en la vida es moverse en un presente dado, dentro de sí y a través de otros, extrayendo de esa trama la ficción que conforma toda existencia, sin que lo sepamos o veamos, por lo demás. Pues, como se sabe, el presente es opaco y la conciencia frágil, por definición. El personaje de este libro es alguien que descubre la ficción de su caminar cotidiano, y que al escribirla la ofrece a ese eco que llamamos literatura: múltiple espejeo de la vida. La vida, ese experimento es el primer volumen de una trilogía.