El objeto de este libro es una presentación sencilla de una serie de historias que el autor nos ilustra de manera maja, poética y con un toque a terror psicológico. Ahora bien, la mayor importancia de esta obra reside tanto en la comprensión de sus historias como en la vida misma, acariciando al lector, sintiendo cada efemérides como una conexión, respetando el contexto de sus culturas, en la búsqueda incesante del amor, el encuentro mismo del arte y la literatura, el terror psicológico que emana en cada una ellas como secuencia eterna de repetición y de penumbra. Este libro no es un arquetipo de obras literarias de terror, que con su puesta de escenas garantizan a un público dar miedo que en ocasiones las hemos visto y nos han causado esa turbación. No sabemos de dónde sale ni cómo desaparece, lo único que percibimos es que lo sentimos como una punzada de dolor primaria. Las letras de este pergamino no tratan de esos arquetipos generales a los que enfrentarse al hombre lobo, al vampiro, o al mismo Frankenstein no es más que ficción de horror.