El deseo de sanar caminos de iniciación espiritual como propuesta conceptual y vivencial, encierra de por sí un reclamo o una interpelación implícita al lector, y es la de ¿realmente queremos estar sanos? pues el deseo se refiere a aquello que desde el inconsciente reclama ser reconocido para darle dirección y cristalización en la práctica, lo que también alude a las motivaciones profundas, muchas veces en oposición a los propósitos. De tal modo, si no hay alineación entre las motivaciones y las intenciones conscientes, por un lado irán nuestros esfuerzos y por otro las realizaciones. El texto connota esa disposición singular del sujeto íntegro, quien siendo médico, sanador, consejero, terapeuta, o le interese, como mínimo, el bienestar social y humano, el despertar de su conciencia, pueda beber en esta fuente un poco del porqué de las afecciones, el sentido que pueden tener para nuestra realización en cualquier plano de la existencia, así como algunas puntadas que propendan por la potenciación y desarrollo de formas de sanar y acceder a planos de conciencia donde la maestría interior pueda ser practicada y cultivada.