Ancízar Castaño es un incansable creador de imágenes. Inquieto en todo el sentido de la palabra, recorre el mundo absorbiendo la realidad con avidez para llevarla ala literatura y a la pintura. Quizás por esa vertiginosidad con que acomete la vida haya desembocado en la narración breve, donde la economía de palabras y la concreción de las imágenes son elementos primordiales de su expresión estética. Y esta visión certera del mundo que lo rodea lo ha llevado a coleccionar estos cuentos, pues es allí, en la conducta de la sociedad, donde anida el germen de toda literatura y, más aún, la necesidad de hacer literaria esa sabiduría que nace de la observación y aprehensión del comportamiento del hombre en la sociedad.