El orden de una biblioteca, decía Borges, es una manera silenciosa de ejercer el arte de la crítica. En un primer momento de este libro de crónicas, Eduardo Halfon recorre las bibliotecas de sus familiares, amigos, conocidos y desconocidos cercanos y, a partir del orden en que han sido organizadas, descubre sus peculiares obsesiones. Una vez ha puesto a los otros en evidencia con este método, el autor guatemalteco se atreve a mostrar su propia biblioteca bizarra ?el nacimiento de su hijo, la tensa relación con su país de origen, el oficio de escribir, el de traductor? todo con una prosa bella y entretenida que mezcla la profundidad del ensayo, la honestidad del periodismo y el encanto de la ficción.