Intensa, polifónica, esta novela ahonda en la compleja trama que determina la vida individual y colectiva en la ciudad de Medellín durante los años 70. Apartado de la llamada 'Literatura Sicaresca' y su consecuente discurso mediático, el autor apela a su fuerza poética para mostrarnos los horrores de una sociedad en vías de consolidación de la narco-economía y la violencia urbana. Centro y periferia, calles y extramuros nos trasladan a mundos paralelos, distanciados por el desplazamiento forzoso y la delincuencia organizada. Desde los bajos fondos donde habitan los seres agraviados, la figura de la mujer se yergue como víctima irrevocable de una realidad que aún nos toca en las fibras más profundas de nuestra existencia.