La primera parte de este libro, A sangre y fuego, es una crónica autobiográfica en la que el autor recuerda su itinerario de niño víctima de la violencia, desde los seis años y medio, cuando fue testigo del primer acto de sangre en La Belleza, su pueblo natal, pasando por un largo itinerario del exilio, de pueblo en pueblo, en Santander, hasta llegar a Bogotá. Diez años después vuelve a su pueblo y, para su sorpresa, se topa con el personaje que va a ser fundamental en su obra: el bandolero Efraín González. La segunda parte, El mito de Sietecolores, comprende cinco facetas de la personalidad del bandido; desde su reacción por la muerte de su familia, a manos del Ejército, hasta su relación con los curas dominicos, senadores de República, terratenientes, militares y la impresionante crónica de su muerte en el barrio San José, al sur de Bogotá, el 9 de junio de 1965.