Episodios insólitos que derivan en historias corrientes o historias vulgares que alcanzan la facha de sucesos extraordinarios marcan la narrativa breve de Clinton Ramírez. Los cuentos de este nuevo libro, El chico del correo, confirman, además de esa dialéctica peculiar, la suerte de un estilo dado a exigir de los lectores la mayor complicidad posible. La aventura del millonario excéntrico de 'Última ratio', que paga para someter su cuerpo al poder de una máquina de sofisticadas cuchillas, termina transformada en un acto rutinario más de una vida hosca e irónica. Una noche de sexo con una joven prostituta -Bonita- concluye en una especie de epifanía mortal para el viejo putañero de 'Todo aquel que anda de noche': el retiro voluntario de Cormorán de las noches y los bares de una vida empinada sin escándalos. Elegante y rotundo, los relatos de El chico del correo ratifican a un escritor que rara vez lleva prisa y que disfruta como pocos tramando sus artefactos. Un libro que disfrutarán los interesados en seguirle la pista al autor de La paradoja de Jefferson (cuentos, 2005) y en adentrarse en las fronteras que abre para el género en el país.