La vida son los libros que se cruzan en nuestro camino, en su singularidad ellos nos proporcionan el deseo de ampliar los linderos del conocimiento. Entre sus líneas se esparce el significado de nuestras acciones, y los secretos de la historia que somos están develados en las páginas abiertas de los textos literarios. Es lo que se encuentra en este memorial sobre hombres invisibles, escritores mercenarios, lectores obsesivos y libros de culto: la tentativa por descubrir el enigma de una identidad múltiple. En el pequeño espacio de una librería de viejo se desarrolla la estratagema que Gerardo Ferro arma con pericia, con los limitados recursos que son los indicios, dando continuidad a una trama bien urdida, partiendo de una hoja manuscrita con epígrafes, para cifrar, en el aura de lo alcanzable, el trasfondo de una secuencia bien hilvanada. Respaldado en el vigor meticuloso de su prosa aséptica, Ferro ha escrito una novela sobre la pasión que despiertan los libros en quienes los leen y la necesidad obsesiva del hallazgo en quienes escriben, esa es también, a grandes rasgos, la esencia de las múltiples maneras de transformarnos en otros.