La orfandad de los espejos es una elegía, un desgarrado lamento ante la descomposición social y moral del mundo. Nuestra poeta se sitúa dentro de la terrible desolación y el horror que describe, al desentrañar la ceguera humana, frente a esa sed de sangre, encuentra un lenguaje hermoso, claro y directo, para entrar en semejante tema. Es la pérdida de la ilusión en todo aquello que amábamos y que hoy vemos morir y desaparecer. La fuerza de estos poemas nos reafirma claramente la calidad de la obra de Sonia Solarte, quien es capaz de asumir el tema más difícil y complejo, con una gran altura, como una denuncia y una forma de reencontrarse con este Otro Yo, que añora la paz, la luz, el agua pura del río y las montañas con sus bosques, el verdadero legado que nos dejó el Creador. Sonia Solarte salió de una Colombia que como ella misma lo reconoce, era madriguera de injusticias y muerte, para aterrizar y ser testiga presencial de los vertiginosos cambios que se estaban presentando en Alemania, los cuales concluyeron con la unidad de este país, en un acuerdo que para muchos fue la culminación de un sueño.