Klaus Zweig vive en una casa prefabricada en la costa de un desierto colombiano (Criacuervo), pese a que la compañía de petróleo que se la asignó ha decidido clausurar las operaciones en ese país. Allí, sobreviviendo a un divorcio inminente, rodeado por una laguna salobre plagada de flamencos y un caserío de indígenas, se embriaga con la idea de invitar a su hermano, a quien no ve hace una década, y conciliar de esa forma un pasado conflictivo. Su hermano, Adler Zweig, exnadador olímpico descalificado de la Federación Alemana de Natación por dopaje, tantea la idea de visitarlo. Pero la ruina profesional, una amiga de su infancia acosada por un exmarido peligroso y dos misteriosos hombres que lo siguen a todas partes desviarán su propósito por situaciones tan tenebrosas como desopilantes. Esta, la historia de un reencuentro truncado, describe el sendero de los destinos rotos, así como el intento desesperado por encontrar un sentido en el camino que no elegimos.